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la piedra y la mente humana. Travertino rojo de Oaxaca en Dilao campo escultórico en Tepoz

La piedra y la mente humana

Las piedras son muy duraderas. A diferencia de otros materiales que se han usado a lo largo de la historia humana, como la madera, las fibras naturales de telas y canastas, el barro o el cuero, la piedra no se destruye fácilmente. Gracias a eso, podemos encontrar y estudiar piedras que fueron talladas por seres humanos hace miles de años. 

 

Las primeras piedras que conocemos modificadas por animales parecidos a los humanos son de hace 3.3 millones de años. Fueron halladas en Lomekwi, en Kenia, del lado oriental del continente africano. Estas herramientas simples fueron formadas solamente por unos cuantos golpes o percusiones para sacar filo a un lado de la piedra. Pero poco más de un millón de años después, nuestros ancestros estaban formando herramientas más precisas y pequeñas, y hace 1.7 millones de años empezaron a utilizar hachas de mano y otras herramientas formadas cuidadosamente por múltiples percusiones. 

Venus de Willendorf
Logo de Dilao campo escultórico, Tepoztlán
Rocas

Hace más o menos 40 mil años, los seres humanos empezaron a tallar piedras para formar esculturas. 

 

Estos antiguos artefactos de piedra son evidencia de la evolución de la mente y la cultura humana. Aunque las personas que los crearon y usaron desaparecieron y no quedan de ellos más que unos pocos huesos, podemos ver y tocar las piedras que tallaron para convertirlas en utensilios, estatuas y adornos. 

 

Las culturas del México antiguo fueron expertas talladoras de piedra. Utilizaron piedra para construir templos y edificios importantes, para hacer utensilios como molcajetes y metates, y armas como hachas, cuchillos y puntas de flecha. Además, tallaron esculturas de todos los tamaños en muchas piedras diferentes tipos. Entre las piedras que más usaron las culturas mesoamericanas están los basaltos, piedras volcánicas que recubrían después con estuco de colores, pero sus favoritas eran las piedras verdes y azules, como el jade o la turquesa. 

 

El cerro que podemos ver desde Dilao se llama Chalchitépetl, que quiere decir en náhuatl "Cerro de la piedra preciosa" o Cerro del tesoro.

Sobre el futuro problemático de la escultura en piedra 

 

de e. olbés 

 

Dedicado a todos los pedreros del mundo

 

Tallar piedra es sin duda de los quehaceres más antiguos del Homo, desde mucho antes de ser sapiens:  hay piedras con huellas de manipulación desde hace 3 millones de años, bastante antes aun de que supiéramos o pudiéramos definirnos como humanos.  El aprendizaje que tuvimos manipulando piedras  en el pasado --escogiéndolas, sacándoles filo, punta o plano, según la necesidad-- resultó clave, de acuerdo a teorías establecidas, para el desarrollo del cerebro que poseemos. Esas manos ágiles, que antes fueron pies, son como un cerebrito con cinco dedos. En pocas palabras, quizás no estaríamos leyendo este texto sin el prolongado entrenamiento para transformar el material lítico en aquel lejano pasado. 

 

La paleoantropóloga G. Von Petzingerx lo explica así: “¿Qué tienen que ver las herramientas de piedra con el arte? Son una clave importante para entender el largo desarrollo del pensamiento cognitivo y los orígenes de la destreza artística. De hecho, una cosa bien podría ser un efecto gratuito de la otra… La manufactura de herramientas parece haber propiciado nuevas capacidades cognitivas, del tipo que más adelante conducirá al desarrollo de las matemáticas y la física, así como la imaginación y la memoria, ambas integrales a la creación de arte”.   

Coatlicue

La tendencia actual de separar las manos de la producción de cultura, además de que es muy pretenciosa y coincide con actitudes despreciables que denostan lo hecho por la mano y lo acumulado en la tradición, y ofrecen a cambio el arte “superado”, el puro producto cerebral; si bien es negocio y beneficio para quienes están en el ajo, es detrimental para la humanidad. Si el futuro de las manos es deslizarse por una pantalla y el rol de cerebro y corazón es captar conocimiento en forma de memes, podemos concluir que la situación es en verdad catastrófica para las artes tradicionales. 

 

Lo que uno busca en la escultura es poder inventar una pieza única que tenga la fuerza de levantar pasión en el mirador.  Lo que digo no es cliché. Pero la historia nos cuenta que desde el calcolítico, con la fundición de cobre y bronce, aprendimos a fabricar cierto número de copias de cada original. Hoy en día los métodos de reproducción/multiplicación son la norma. Muchos expertos dicen que la idea de la pieza única en la producción contemporánea del arte es caduca. Hoy en día existe un desprecio por el trabajo manual a la par que existe una sobreestimación del cerebro (a veces por los que apenas lo utilizan).  Sin duda nuestra inteligencia está ligada a las manos - las manos son capaces de seguir enseñándonos. 

Piedra tallada

La tradición de la escultura en piedra se enfrenta a una situación extrema en el siglo veintiuno. Noguchi dijo que una ventaja de trabajar la piedra es la posibilidad de comparar la obra a través de los siglos gracias al material duradero, una comparación que necesariamente lleva a la humildad, pues en el pasado se han hecho cosas fantásticas. Es por esto que nunca encontrarás pedreros en la vanguardia de ningún movimiento artístico: dependen de la tradición técnica del material, y las posibilidades inherentes a la piedra son infinitas. Es por ello que encuentro preocupante la situación de cuyo desarrollo he sido testigo toda mi vida profesional: la escultura en piedra es cada vez más y más difícil de mantener como tradición viva y pujante por razones de índole diversa pero en conjunto, me temo, fatídicas.  

 

Ojo, en sentido evolutivo lo que hagamos o nó con nuestras manos ahora llevará millones antes de que provoque, si es que lo hace, un cambio físico en nuestra especie. Pero el cambio ya está aquí en la cultura y es una pérdida significativa. Pues el arte no se agota. Se renueva en cada artesano/artista que es capaz de tomar la tradición y añadirle una visión nacida de la experiencia particular: la cultura de un pueblo está fundada en la acumulación de estas aportaciones.   

cabeza verde Dilao tepoztlan

Créditos de imágenes:

Canto tallado, (1.7 millones de años) colección privada en Original Melka Kunture, Ethiopia: foto de Didier Descouens, en Wikimedia.

Bifaz achelense, (500-300 mil años) de Saint-Acheul, Francia: foto de Didier Descouens, en Wikimedia.

Venus de Willendorf, (30- 25 mil años AP) Naturhistorisches Museum, Vienna, Austria: foto de Thirunavukkarasye-Raveendran, en Wikimedia.

Coatlicue, (1521) Museo Nacional de Atropología, CDMX. Fóto de: Los Puntuales, en Wikimedia.

Cabeza Verde, (ca. 350 AP) originaria de Egipto; Neues Museum Berlin, Germany

Placa antropomórfica, Olmeca (800-400 AP). Foto de Daderot en Wikimedia.

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